Cuando uno observa los montes entrerrianos, la primer sensación que tiene es de aridez,
debida a las fuertes heladas del invierno y a los grandes calores del verano.
Lo que uno no imagina, es que entre los espinillos, algarrobos, ñandubays y chilcas puedan encontrarse flores de singular belleza, aunque en tamaño milimétrico.
A simple vista pasan desapercibidas, de tan pequeñas, pero al lente de la cámara adquieren una extraordinaria magnificencia y colorido, que me deja maravillada.
Las fotos de arriba corresponden a una plantita llamada trifolium y la segunda a la muy conocida sangría, que es utilizada en forma de té para problemas cardíacos (sin dejar de consultar al médico por supuesto).
La segunda se conoce como trébol colorado y sus brotes tiernos producen problemas digestivos en el ganado, incluso la muerte por intoxicación.
Me siento un poco loca cuando digo que tengo una lupa entre mis herramientas de jardinería, pero les aseguro que las plantas se ven de otra manera si se las observa con detenimiento, hay mucha belleza oculta en cualquier rinconcito de la naturaleza.
viernes, 9 de noviembre de 2007
Flores pequeñas
Publicado por
María Rosa
en
18:55
Etiquetas: Fotos naturaleza
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