Después de tanto esperar y por primera vez floreció un amarilis blanco y a diferencia de lo que había imaginado es mucho más bonito que sus congéneres rojos.
No pude con el genio y me vencieron las ganas de experimentar, terminé tratando de fertilizarlos con pólen de los amarilis rojos, que había guardado celosamente en un frasquito, con la esperanza que las semillas produzcan plantas de flores matizadas. De todos modos el proceso lleva tiempo y recién sabré si mi experimento resultó exitoso dentro de tres o cuatro años, ya que las plantas obtenidas de semilla demoran al menos un par de años en florecer.
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