Con los primeros calores, el lagarto overo o teyú sale de su letargo. Camina bajo el fuerte sol mesopotámico con un andar pesado y somnoliento, pero no por eso es fácil de atrapar, quien lo ha tomado por la cola, sabe que de un fuerte movimiento la desprende, huyendo rápidamente y dejando el extremo de su cola en manos de su perseguidor, ésta volverá a crecer para el verano siguiente. No es buena idea tratar de atraparlos, tienen una fuerte mordedura que ocasiona peligrosas infecciones. Se alimenta de huevos, roedores, batracios y reptiles, en esta zona se cree que es la única especie capaz de comer a la serpiente venenosa local, la yarará. No he supe de nadie que lo haya visto, pero mucha gente de campo lo cuidan por esa razón.
domingo, 9 de diciembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario