Si bien quiero los gatos con locura, una de las cosas que me molesta de ellos es la manía de cazar todo lo que encuentran, entiendo que no pueden contra sus instintos, pero cuando los pesco libero a la pobre víctima. En este caso fue un pichón de colibrí común, que por suerte salió volando de mi mano; fíjense qué pequeñito es.
sábado, 22 de septiembre de 2007
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